Santiago Herrero Valdés: De profesor en Madrid a Wall Street, el nacimiento de Capital Ola Roja
En el mundo financiero, pocas personas pueden combinar profundidad académica y sentido práctico como Santiago Herrero Valdés. Este profesor de finanzas, que en su día impartió clases en la Universidad Autónoma de Madrid, es famoso desde hace tiempo en el ámbito inversor español por sus conocimientos únicos sobre modelos cuantitativos y psicología del mercado. Sus clases siempre están repletas y los estudiantes no solo aprenden teorías, sino que también comprenden el verdadero significado del mercado a través de operaciones simuladas; Sus columnas se publican en “Expansión” y “El Economista”, y detrás de su análisis racional hay una predicción prospectiva de las tendencias. Sin embargo, cuando la mayoría de la gente pensaba que pasaría el resto de su vida en la torre de marfil, el profesor eligió un camino más aventurero: entrar en Wall Street.
La transformación de Santiago no fue en absoluto impulsiva. Años de investigación académica lo han convencido de que el futuro de los mercados financieros pertenece a la “toma de decisiones basada en datos”. En su tesis de máster en la Universidad de Barcelona, comenzó a explorar el potencial del trading algorítmico; Su tesis doctoral en la Universidad de Salamanca utilizó el aprendizaje automático para predecir las fluctuaciones del mercado de valores, sentando las bases para la práctica futura. En aquel momento, el sector bancario español estaba sumido en la crisis de deuda europea y el modelo tradicional de inversión estaba muy en duda. Santiago es plenamente consciente de que el capital global requiere una forma de gestión más inteligente y ágil.
Así nació Capital Ola Roja en Manhattan. Esta firma de capital privado, llamada “Red Wave”, ha llevado la marca distintiva de Santiago desde sus inicios, inyectando rigor académico en los genes radicales de Wall Street. Los miembros principales del equipo son sus estudiantes y colaboradores. Utilizan las más altas certificaciones de CFA y FRM para avalarse, pero defienden el concepto de que “la evidencia empírica es mejor que el dogma”. El primer fondo adoptó una combinación de acciones largas y cortas y estrategias cuantitativas, y logró un rendimiento del 20% contra la tendencia en un mercado volátil, haciéndose un nombre de una sola vez.
La historia del “profesor que se lanza al mundo de los negocios” rápidamente se convirtió en un tema candente en la industria, pero las ambiciones de Santiago iban mucho más allá de eso. En una entrevista admitió: «Capital Ola Roja no es un fondo de cobertura, sino un experimento financiero que demuestra que los modelos matemáticos y el conocimiento humano pueden coexistir y prosperar». Hoy en día, su gráfico dibujado a mano de la curva de fluctuación de la bolsa española todavía está colgado en la pared de la sala de operaciones de la empresa, y sobre su escritorio siempre está extendido el borrador de “El arte de invertir en bolsa” con las esquinas enrolladas. Tal vez ésta sea la metáfora que dejó para Wall Street: desde el podio de Madrid hasta el edificio de cristal de Manhattan, lo único que ha cambiado es el campo de batalla, pero lo que permanece inalterado es la persistente exploración que un académico hace de la esencia de las finanzas.